domingo, 7 de junio de 2009

Río Bordón, Corazón de País de Cazarabet

LOS ESTRECHOS DEL BORDÓN.

La tarde era prolongada como sólo lo saben ser las tardes de verano. Salimos de Mas de las Matas y vamos a buscar el contraste que es el paisaje que rompe en Bajo Aragón y el Maestrazgo. Como si fuésemos un cuchillo atravesamos Castellote y nos dirigimos, por la carretera a Cantavieja poco antes de llevar al punte del pantano cogimos el desvío asfaltado a la izquierda. Nos dirigimos a la aldea de El Perogil, una aldea muy bien cuidada, pero amenazada por la inminente subida del pantano de Santolea.
Hay una especie de camino que nos lleva hasta la ribera del río Bordón. Empezamos a remontar incluso por dentro del río… el agua nos refresca los pies cansados de pisar hormigón y asfalto. Estamos ya en el término municipal de Las Planas de Castellote y a la altura de la Masía de El Huergo y del llamativo molino de aceite que nos muestra el paso de varias épocas de trabajo en la extracción del líquido oro.
Hay otro molino, harinero, pero ya es víctima de las ruinas, maleza…
Seguimos hacia arriba y ya divisamos una especie de cañón. Dos verticales roqueros y delante una especie de poza con más diámetro que profundidad. Si nos adentramos por aguas más frías y profundas nos acercamos a un puente y una especie de pequeño azud. Una humilde cascada nos invade de un estimulante rumor que incluso nos relaja. Miramos hacia arriba, es realmente bello.

Remontamos por la ribera y el lateral del acantilado. El río dibuja en el roquedal un paisaje cercano a la silueta de una serpiente despierta y desafiante, muy diferente. Desde la ruta paralela al Bordón vamos divisando vistas pletóricas de la zona. … todo parece tan pequeño y grande a la vez…. Un buitre solitario parece dibujar la silueta del río. Las corrientes de aire le mantienen inquieto y solitario.

Ahora nuestra asignatura pendiente, como exploradores de nuestro propio territorio, nos queda realizar este mismo recorrido entre los estrechos roqueros y las frías aguas de un humilde río que encuentra su muerte en el propio pantano de Santolea.



PEROGIL
Es una aldea entre dos ríos: el Guadalope, el Bordón y ante un pantano que ahogó tantas esperanzas como sueños y tierras cultivadas, el de Santolea. Perogil es una humilde masada que pertenece a la villa de Castellote.

EL HUERGO

Es una masada a pies de los estrechos del Bordón (conocido también como El Regatillo)….está ligada muy estrechamente a la Masía de Blasco (en un alto al otro lado del río en el que se asienta El Huergo) y a la de Perogil.

El Mas de Huergo se encuentra a dos kilómetros de la población de Las Planas.
Esta masía es el conjunto de edificios. Resalta un torreón de planta rectangular, todo de piedra y con tres alturas, es parte de la casa principal de la masía. Delante una plaza grande y con aspiraciones a perdurar en la historia.
En esta masía se cultivaba cereal, vid, aceite, legumbres y no pocos frutales. Alrededor crecen carrascas y pinos.
En el cultivo de la vid se logró cosechar muy buena uva que dio un vino muy apreciado en la zona…hoy en Las Planas todavía funciona, a muy buen ritmo, una planta que elabora un muy apreciado vino.
En los alrededores de El Huergo se criaban moreras que alimentaban a los hambrientos gusanos de seda que eran un importante económico a los ingresos más tradicionales de la típica economía de la lana y de la agricultura. Había un molino de aceite, varias casas acondicionadas para elaborar vino, un molino harinero y un horno de leña.

Los vínculos con el exterior, animando a las transacciones comerciales (El Huergo siempre había sido un poco el “motor económico" de la zona) de una forma mucho más fluida, experimentaron un cambio con la construcción y puesta en marcha del túnel de Castellote. La construcción del puente de Perogil ya animó a poco….

La masía tiene un camino carretero que llega hasta la plaza y una senda que sigue hasta el puente del río de piedra. Allí hay un azud del que sale una acequia que lleva agua a El Huergo.


El paso del tiempo de esta masía camina paralela a la de Castellote…compras, permutas y cambios hicieron que muchas tierras pasaran a manos de los labradores del Mas de Huergo. Así el paso de las guerras también dejaron huella en esta masía y en los alrededores.

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