lunes, 1 de junio de 2009

El Microrelato del Km 0

Recibimos el encargo de ir al País de Cazarabet con la mente puesta en el kilómetro cero, no sabíamos dónde íbamos a ir, pero tampoco podíamos adivinar a dónde íbamos a parar sin saber de dónde íbamos a salir.
El número cero es un dígito como cualquier otro....tiene una forma digna de perderse en un bucle desde su interior. El cero, como número, a veces no es nada o casi nada, pero al tiempo es mucho. El cero es un dígito con forma redonda, aunque para una mejor definición deberíamos decir que el cero tiene forma ovalada, aún más que nuestro planeta....algunas rutas también son ovaladas y las peores redondas....esperemos dar un rodeo al volver de Cazarabet. Dentro del cero puedes dibujar muchas cosas y sabes que no escaparán ni que se saldrán....perdiéndose y desparramándose por la libreta o el folio....como el agua del Guadalope. El cero encierra las formas o hace de las cantidades, números redondos.
Añadir ceros, a una cifra monetaria, nos hace sonreír....añadir ceros a nuestro viaje es complicar un juego que ya es evidentemente una jugarreta.
Otras veces, el cero simboliza la salida, el punto de partida, el arranque....siempre con la esperanza que sumar dígitos tan diferentes como emocionantes....si terminamos el viaje es que no nos ha gustado jugar.

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