sábado, 5 de septiembre de 2009

Los Fontanales del Guadalope

Aquella era una tarde un tanto rara en el estío masino....habían bajado las temperaturas regado el clima por un inesperado cierzo que le dio un respiro a más de una semana de intensísimo calor y decidimos acercarnos a un lugar en donde el agua, siempre el agua, fuese el principal ingrediente. Los fontanales del Guadalope en la cola del pantano de Calanda. El agua baja amansada hacia la que yace ya descansando...son como grifos o fuentes naturales que vomitan este líquido tan necesario como deseado.
Aquello parece un lugar contemplativo, sobretodo cuando con el silencio sólo se siente al agua depositarse lentamente en el estanque, que a estas horas ya no es tan dorado....más bien plácido, silencioso....
Un buitre dibuja unas sobras que se recrean en unas rocas, mejor peñascos, enfocados por un sol fuerte....otra rapaz de la tierra entra y sale de la roca y cuando se va deja en su interior unos chillidos entre la añoranza y el hambre.
Entonces aparece una cabra que se nos queda mirando como divertida, yo diría que nos sorprendimos mucho más nosotros....y poco después, más cabras y cabritos que jugaban, correteaban....también algunos silbidos de atención o alguna sutil pelea entre machos de cierta cornamenta
Pasamos muchos rato mirando diferentes escenas de una especie de película y no nos cansamos, al contrario cuando decimos volver a casa, lo hacemos felices de ver y comprobar que , en verdad, la vida está hecha de estas pequeñas cosas.

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